La globalización es un fenómeno que ya no se puede discutir, es una realidad, por más que cada país tenga diferentes niveles de integración con el mundo, ya todas las personas en general tienen acceso a Internet a través de sus teléfonos celulares, y a través de ellos al mundo.
Lo que queremos plantear aquí es cuan preparados estábamos para este fenómeno. Qué preparación teníamos como personas para entender otras culturas que pueden ser muy diferentes a la nuestra y que en algunos aspectos hasta pueden chocar en valores y costumbres.
Por poner un ejemplo: ¿qué preparación tenía un paraguayo para entender a un birmano? ¿Si dos personas de estos países se encuentran y deben compartir una cena, estaban preparados para pasar ese momento y aceptar las diferentes costumbres que pudieran tener en los modales o valores morales que se pudieran llegar a evidenciar en esa comida?
Obviamente que sería imposible conocer en detalle cada cultura del planeta con antelación, pero ni siquiera tenemos formación en cómo encarar una nueva cultura, en la apertura mental que debemos de tener para no caer en juzgar negativamente diferentes formas de pensar, actuar, vivir.
Y esto no solo lo evidenciamos a nivel de las personas, es aún más grave cuando vemos dos países enfrentados por diferencias que pueden ser de diferentes índoles, o aún peor cuando los dirigentes políticos generan el odio hacia otros países, sea a través de rivalidades políticas, económicas, culturales; cuando todos, a todos los niveles deberíamos fomentar el entendimiento y la hermandad de las naciones.